29.5.13

¿Cómo dar las normas a nuestros peques?

Penélope Ilustradora

La semana pasada, os hablamos de cómo tenían que ser las normas que poníamos los padres para educar a nuestros peques. Pues bien, en el post de hoy explicaremos como se tienen que dar estas normas ¡esperemos que os ayude!

  • Primero de todo, llamar al niño por su nombre.
  • Siempre decírselo a su altura, sobre todo cuando son pequeñitos, mirándole a los ojos. Muchas veces están jugando y ni siquiera se han enterado que les estamos hablando. Cuántas veces hemos oído “Cuando mira la televisión se queda encantado y no me escucha”. Tiene su explicación, ya que la atención dividida que se requiere para estar atento a dos cosas a la vez no está desarrollada en los niños. Por eso, es mejor acercarse y asegurarse que nos escuchan.
  • Decírselas con un tono de voz amable pero firme (no chillando), con seguridad y calmados. Parece algo muy obvio, pero ¿Cuántas veces les pedimos las cosas medio enfadados o con tono de voz elevado? ;)
  • Cuidado con las caras que ponemos y los gestos que hacemos con los brazos y manos, el lenguaje corporal expresa más cosas que las palabras.
  • Evitar las peligrosas amenazas “Sino haces esto a la primera me enfado” porque puede que no tengan fin. Y nuestro papel es el de enseñarles y ellos aprender. No el de hacer las cosas a la fuerza y acabar todos enfadados.

A veces la causa de los “niños mal educados”, es por la manera como los papás les pedimos o hacemos las cosas. Todos tenemos un mal día, pero llegar a casa y pedir a nuestro peque de mal humor que recoja los juguetes no servirá de nada. Muchísimas veces no nos damos ni cuenta.
 
Recomiendo hacer entre los papás críticas constructivas entre ellos, un poco de feedback entre mamá y papá, viene bien para darse cuenta de cómo hablamos a nuestros peques. Y seguramente habrá alguna cosita que podamos cambiar o hacer mejor para facilitar el bienestar del día a día.

¡ Feliz miércoles a tod@s!
Vía Penélope Ilustradors


1 comentario:

  1. Algunas veces no nos damos cuenta de nuestros errores, por lo que la otra parte de la pareja es bueno que observe, y cuando ya no esté el niño delante, de su opinión al adulto pars poner en común la experiencia.
    Salu2

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